Poco antes de que se abriese el mercado de invierno, muchos veían a Bojan Krkic como carne de cesión dadas las pocas oportunidades de que disponía el de Linyola. La titularidad casi fija de Ibrahimovic y Messi, unida a la eclosión goleadora de Pedro y la presencia en la plantilla de otra estrella mediática como Thierry Henry le cerraban las puertas a un jugador que, además, se había lesionado en la primera jornada de Liga justo después de meterle un gol al Sporting de Gijón en el Camp Nou y de cuajar un buen partido.
Con ese escenario, y teniendo en cuenta que Bojan tiene un gran cartel en toda Europa, muchos veían al de Linyola cambiando de aires en este mes de enero. Sin embargo, el joven Krkic lo tenía claro desde el principio. Vale más entrenar y jugar lo que decida Pep Guardiola en el Barça que irse a buscar una aventura desconocida a un equipo en apuros -que son los que se refuerzan en esta época- al albur de los resultados y de que el entrenador que lo pida sea decapitado a la mínima. Además, ir a un conjunto necesitado añadiría un plus de presión a un futbolista que, no hay que olvidarlo, sólo tiene 19 años.
En el Barça, lo único que le falta a Bojan es continuidad. Y eso no significa ser titular en cada partido, sino al menos tener minutos asiduamente. Unos minutos que, como quedó demostrado en Tenerife jugando en banda, suele aprovechar ya sea marcando goles (suma 5 esta temporada habiendo jugado poquísimo) o dándolos, como los dos primeros que le cedió a Messi. El tercero de Leo también fue a pase suyo pero el argentino tuvo que el 90 por ciento del mérito. En los otros dos, fue al revés
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