sábado, 29 de mayo de 2010

Bojan Krkic: “El primer año aprendí que el primer equipo no es la cantera”

El delantero blaugrana iniciará su cuarta temporada en el mejor equipo del mundo con sólo 19 años










Bojan ha llegado fresco al final de temporada. Tanto que, mientras entrena por su cuenta, mirará el Mundial de reojo y con envidia sana. Le hubiera gustado estar, pero le faltó regularidad. Asumida su no convocatoria y feliz por el tramo final de una Liga que siente muy suya, disfrutará del juego de sus compañeros, a los que animará en la distancia. Bojan ha acabado como un cohete y ya piensa en la próxima temporada. No le preocupa lo más mínimo los movimientos del mercado porque nadie confía más en él que él mismo. Es joven y el futuro es suyo.

Empezará su cuarta temporada con sólo 19 años, pero ya le exigen como si fuera un veterano. ¿Es una situación extraña?
Me exigen lo necesario. Y yo me exijo también a mi mismo mucho. Debe ser así porque soy un jugador que doy cada día las gracias a Dios de todo lo que me está pasando. Doy gracias por cómo estoy rindiendo, de la salud que tengo, del entorno... Gracias a todo esto puedo afrontar mi cuarta temporada con 19 años, aunque el 28 de agosto ya cumpliré los 20.

Ha dicho muchas veces que es una persona diferente ahora que cuando llegó en la última temporada de Frank Rijkaard en el banquillo y que el cambio fue difícil. ¿Por qué? ¿En qué lo siente?
Sí que ha sido difícil. Ha sido un paso complicado porque pasé de estar en el mundo de la adolescencia al mundo de un vestuario de profesionales, donde convives con gente muy experimentada y pasas a trabajar a un nivel muy alto. Entré siendo un niño y crecí muy rápido, casi sin darme cuenta. La situación me hizo crecer y eso comporta muchos cambios en tu vida. También en el tema de la intimidad.

Se acabó ir por la calle de forma anónima.
Aquella temporada entré con 16 años y la acabé con 17. Pasé de ser un niño a no poder ir por la calle. Cambian muchas cosas: tu vida personal, todo lo que te rodea. En la familia también pasan cosas porque cuesta asimilarlo todo, porque te viene de golpe, no es algo progresivo que ves venir y que te ayuda a acostumbrarte a ello. Eso en lo personal, pero en lo futbolístico el equipo tuvo muchas críticas, era un final de ciclo y en cambio yo tuve una buena temporada.

Y eso crea celos.
Aprendí que el primer equipo no es como la cantera. Estos dos últimos años sí que es como una familia, por eso digo que si viniera Cesc, a parte de ser un excelente jugador, también es un jugador con el que nos conocemos casi todos. Es simpático, natural… Y eso para un vestuario es muy importante. En mi primera temporada yo no conocía a nadie y me encontré conviviendo con estrellas mundiales, con gente que había sido mi referente hacía sólo un mes y los veía como a mis ídolos, fue un cambio bastante ‘heavy’.

La llegada de Pep Guardiola dio más peso a la cantera dentro del vestuario.
Fue un cambio de ciclo. Hay que respetar mucho a la gente que se marchó, a todos esos grandes jugadores y, sin duda, también a los técnicos, como Rijkaard, que tuve aquella temporada, pero se necesitaba un cambio de ciclo. Llegó un técnico que aportó más jugadores de la cantrera, nuevas cosas, mejores resultados… Y eso hace que la alegría venga sola.

Todos habláis el mismo idioma en el vestuario.
Es un ambiente muy familiar, muy natural. Y cada día cuando vas a trabajar lo haces a gusto.

Los fichajes que no llegan de la cantera también lo acaban notando.
Claro, porque no sólo rendimos a un nivel muy alto porque la gente tenga mucha calidad, sino también porque el vestuario está muy unido, a la gente le gusta trabajar, es humilde.
Con un vestuario como este es imposible marcharse.
Y si eres culé y catalán, aún se hace más difícil verte en un equipo que no sea este.

Tras todo este tiempo y experiencias, ¿se siente un hombre adulto?
Más o menos.

¿Cómo se siente?
Me siento una persona más madura, una persona que se da cuenta de todo, que lo valora todo. Y que gracias al fútbol puedo valorar muchas otras cosas que no son sólo fútbol.

¿Las miradas de la gente que conoce desde hace tiempo son diferentes?
No lo sé. Gracias a Dios tengo unos amigos que me ayudan mucho. Mis amigos más cercanos,, con su forma de ser y comportarse, hacen que pueda rendir y estar hoy aquí. Y por otro lado, hay gente que te pueda mirar con envidia, pero también esas miradas tienen parte de admiración, creo.

¿Y la mirada de los que no le conocen?
Hombre, es verdad que… juegas en el Barça, ganas títulos, quizás hay gente que te puede mirar pensando ¡qué chulo!, pero tienes que convivir con ello y lo importante es que la gente que te conoce sepa cómo eres en realidad.

A Bojan se le describe como una buena persona, educada, simpática y sencilla. ¿Se reconoce en esa realidad?
No sé cómo me ve la gente. Yo intento darlo todo por la gente que me quiere y que está a mi lado. Soy un chico alegre, de risa fácil y quizá por todo eso me vean de esta manera.

¿Tiene las aficiones que se le suponen a un futbolista de elite: coches, ropa cara…?
De momento aún no he llegado a esas aficiones.

Pero siempre ha sido muy futbolista, en el sentido estricto de la palabra.
Sí, pero también es una cosa que he sabido diferenciar con el tiempo, con el paso de los años. He crecido pensando que mi vida era sólo fútbol, fútbol y más fútbol y ahora también he aprendido a diferenciar lo que es el fútbol de la vida personal. Hay algo mas allá. Intento hacer con mis amigos cosas que hace una persona normal y que no me condicione el ser futbolista del Barça.

Llega el verano. ¿Con qué época del año se queda?
Me quedo con el invierno, del 20 de diciembre, más o menos, al 20 de enero o finales de enero, pero también me quedo con el verano.

¿Por qué le gusta la época invernal?
Porque he vivido en Mollerussa y es un pueblo en el que el invierno se vive con mucha magia. Es un pueblo pequeño, en el que suele haber niebla, que enciende las luces de navidad. La verdad es que siempre me ha gustado y encantado esa tradición navideña, ese ambiente.

¿Y por qué le gusta también el verano?
Porque es una época de libertad, tienes menos obligaciones, te sientes más libre. Sí, el verano también me gusta.

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