domingo, 28 de febrero de 2010

«Este es el camino, probablemente hemos hecho uno de los mejores partidos en casa», dice Guardiola


De repente, Pep Guardiola abrió su libreta de dibujos tácticos e innovó con un sistema que no había empleado nunca. Al menos, desde el inicio de un partido. Cuando lleva más de año y medio en el Camp Nou, anclado de forma casi fanática en el 4-3-3, como digno heredero del cruyffismo, el técnico eligió un modelo radicalmente distinto para acabar con el Málaga. Era un 4-2-3-1. O sea, con el estreno del doble pivote, con Xavi y Busquets en paralelo, una línea de tres delanteros (Pedro, Messi e Iniesta) y, solo por delante, Ibrahimovic. O tal vez era un 4-2-1-3, con Messi ejerciendo de puente entre los dobles pivotes y los tres delanteros. «No fue un cambio de sistema, los jugadores entendieron el problema y como son tan buenos lo han resuelto», quiso precisar luego el técnico.
Messi, de interior
Poco importaba, porque la innovadora apuesta de Guardiola sorprendió al Málaga, pese a no marcar en la primera mitad, y lanzó un mensaje a futuros rivales. El Barça tiene ya más de una hoja en su libro táctico. «Era el sistema de siempre, aunque Messi hizo de interior», subrayó Guardiola, recordando que ni Xavi ni Busquets jugaron juntos como pivotes. Se trata de una matización porque el dibujo inicial sí que resultó radicalmente distinto, con ocho jugadores de la casa y solo dos piezas nuevas. Entraron Alves por Márquez y Pedro por Touré y se movieron las fichas. «Pedro lleva un año inmaculado, ni yo me lo esperaba», confesó el técnico en alusión al segundo máximo goleador del equipo con 16 tantos.
«Desde el Mundial de clubs le he dado menos minutos de los que se merecía. A él y a Bojan, que cuando ha salido también lo ha hecho bien», recalcó, feliz porque su apuesta personal le ha librado de más de un disgusto. Ayer, sin ir más lejos.
El técnico también estaba feliz porque el Barça reencontró su esencia, su fútbol, pese al sufrimiento. «Este es el camino, probablemente hemos hecho uno de los mejores partidos en casa. Hemos vuelto a ser nosotros mismos», reveló, cambiando el sentido de su discurso. En las últimas semanas había sido muy autocrítico. «Hemos tenido una posesión brutal de la pelota, con gran sentido colectivo», precisó tras ensalzar el fútbol desplegado. «Hemos jugado infinitamente mejor que con el Racing. Me hace estar muy confiado para el futuro».
Henry ni calentó
En ese futuro no hay cabida, de momento, para Henry. Anoche ni calentó. Pedro fue el titular y decidió. Bojan suplió a Pedro. El francés ni salió del banquillo, como Márquez y Touré, otros que antes eran vacas sagradas y ahora son suplentes. Ibra, entretanto, siguió recibiendo la defensa de Guardiola. «Ha marcado muchos goles y ha dado muchas asistencias». Como Alves. «Es único, se enfada porque no se le hace jugar y no entiende que está lesionado. Se quiere ir, le pone mala cara al entrenador... Pero contagia, contagia, contagia...».
Cuando le preguntaron a Guardiola sí había pedido respeto al colegiado madrileño Rubinós Pérez, no lo quiso confirmar y esquivó la cuestión. «Me he disculpado porque le aplaudí cuando le enseñó la amarilla a Piqué». Una amarilla que le impedirá jugar en Almería, pero no impedirá que mañana Guardiola lea a Cruyff en la contraportada de este diario, como cada lunes. «Johan expresa lo que ve, él tiene un contrato con EL PERIÓDICO DE CATALUNYA y yo lo leeré, como siempre, con atención».

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